La Isla Santa Clara es uno de los iconos más característicos de la Bahía de la Concha en San Sebastián. Con una historia que se remonta siglos atrás, ha sido escenario de leyendas, refugio de viajeros y testigo de cambios geológicos que han modelado su actual configuración.
Origen del Nombre: Influencia de San Francisco de Asís
La isla debe su nombre a la Orden de Santa Clara, fundada por Santa Clara de Asís, fiel seguidora de San Francisco de Asís. Se dice que el propio San Francisco visitó la isla hace aproximadamente 800 años, enfermando durante su estancia debido a las frías condiciones y su vestimenta austera. Su inspiración en la isla llevó a la idea de fundar un convento de clarisas, aunque este fue destruido durante la Guerra de la Independencia por las tropas francesas.
Transformaciones Geológicas: ¿Siempre fue una Isla?
Históricamente, la Isla Santa Clara no siempre estuvo separada de tierra firme. Durante la última glaciación, el nivel del mar era mucho más bajo y permitía el acceso terrestre. Existen teorías que sugieren que un banco de arena conectaba la isla con la actual zona del Peine del Viento, convirtiéndola en una península en lugar de una isla independiente. Con el tiempo, el ascenso del nivel del mar aisló el enclave, configurando la geografía que hoy conocemos.
La Isla en la Historia y Cultura Donostiarra
La Isla Santa Clara ha desempeñado diversos roles en la historia de San Sebastián:
- Refugio y convento: Como mencionamos, las monjas clarisas se establecieron aquí hasta su destrucción.
- Faro de Santa Clara: A finales del siglo XIX se construyó el faro que actualmente corona la isla, funcionando como una señalización clave para los navegantes.
- Playa y turismo: En verano, la isla se convierte en un destino popular para visitantes que llegan en barco, kayak o nadando.
Transporte y Accesibilidad
Hoy en día, la isla es accesible principalmente mediante barco desde el muelle de San Sebastián. En marea baja, algunos afirman que todavía se pueden ver vestigios de antiguos intentos de conectar la isla con la ciudad, como en el año 1908, cuando se planificó una estructura para facilitar el acceso.
Vistas y Entorno
Desde la isla se puede disfrutar de una vista panorámica de San Sebastián, incluyendo el Ayuntamiento, el Paseo Nuevo y el Monte Urgull. La Bahía de la Concha se presenta como un enclave natural protegido, con un entorno idílico para paseos y actividades acuáticas.
Antiguo Criadero de Langostas
En las proximidades del actual Acuario de San Sebastián, antiguamente existía un criadero de langostas aprovechando formaciones rocosas naturales. Las rocas creaban una especie de «jaula» que permitía su captura y posterior comercialización. Aunque hoy solo quedan vestigios de esta práctica, todavía se pueden observar restos de las escaleras que conducían al criadero.
Un Espacio Protegido y Singular
A pesar de su cercanía con la ciudad, la Isla Santa Clara sigue siendo un espacio con acceso limitado, lo que ha permitido conservar su esencia natural. Su combinación de historia, paisajes impresionantes y curiosidades geológicas la convierten en un lugar único dentro de San Sebastián.