La Torre de Atotxa es uno de los edificios más singulares del skyline de San Sebastián. Su diseño y altura han generado diversas opiniones entre los habitantes de la ciudad, dividiendo a la opinión pública entre quienes la consideran una pieza representativa de la arquitectura moderna y quienes la ven como un elemento discordante dentro del entorno urbano.

Orígenes y diseño

La concepción de la Torre de Atotxa responde a principios urbanísticos derivados del racionalismo y funcionalismo del siglo XX. Se trata de un edificio que sigue la tendencia de concentrar volumen en altura para liberar espacios en su entorno. Este modelo, aplicado en distintas ciudades del mundo, permitió que la edificación mantuviera un equilibrio con las construcciones bajas que la rodean.

La torre, que alcanza las 14 plantas, presenta un diseño caracterizado por líneas puras y un acabado en tonos grises, lo que ha suscitado comentarios sobre su adecuación al paisaje donostiarra. En sus primeras fases, se consideró la posibilidad de destinar la planta superior a un restaurante de alta cocina, aunque finalmente fue habilitada como espacio residencial.

Posible influencia del edificio SAS en Copenhague

Un aspecto que ha llamado la atención de arquitectos y entusiastas del urbanismo es el parecido entre la Torre de Atotxa y el edificio SAS de Copenhague, también conocido como el Radisson Royal Hotel. Esta construcción danesa, diseñada por Arne Jacobsen y finalizada una década antes que la torre donostiarra, se considera un referente de la arquitectura moderna y forma parte del patrimonio arquitectónico de Dinamarca.

El paralelismo entre ambos edificios se refleja en la disposición de las plantas, las proporciones y la estética general. No obstante, aunque existen similitudes evidentes, no hay confirmación oficial de que la Torre de Atotxa sea una copia directa del diseño danés, sino más bien una interpretación influenciada por las tendencias arquitectónicas de la época.

Integración en el urbanismo de San Sebastián

A diferencia del centro histórico de San Sebastián, donde predominan edificaciones de altura uniforme, la zona de Amara y sus alrededores han acogido desarrollos urbanos con torres que alternan con bloques de menor altura. La Torre de Atotxa se inscribe dentro de este esquema, similar al aplicado en otros barrios como Lorea o Bidebieta, donde la concentración de volumen permite la creación de espacios libres.

A pesar de las críticas iniciales, la torre se ha convertido en un referente arquitectónico de la ciudad. Su singularidad y el debate que genera la consolidan como un elemento de interés dentro del panorama urbano de San Sebastián, invitando a reflexionar sobre la evolución de la arquitectura y su impacto en la identidad visual de la ciudad.